Hemos terminado el mes de abril como lo empezamos, con temperaturas altas, con pocas precipitaciones y viendo como se ha marchado una de las primaveras mas secas que se recuerdan. Este mes se ha llevado ya lo poco que nos quedaba a los ganaderos, en un par de semanas a volver a echar el saco al hombro y a esperar a que el verano no sea demasiado largo. Ya hemos curado la primera bichera en las vacas, cuando lo normal es en el mes de julio o agosto, las vacas ya van notando que el verano se acerca, ya han pasado de la hierba a el pasto en muchos casos. Aunque tenemos algo de reserva y tienen abundante comida, de seguir asi se les acabara pronto, al menos que nos de tiempo para poder hacer algo de paja en el otro lado.
Pues así se dice por aquí, que los días de agua o se esta en la cantina o se esta en la fragua, como no hay perras para cantina, ni hierros que soldar, tendremos que seguir con la rutina. Alrededor de las ocho ya mi cuerpo comenzó a despertarse, no con muchas ganas de trabajar, pero si que había que hacerlo. Hoy tocaba ganado menor, aunque es menor también tiene su trabajo. Apenas he llegado a la finca lo primero ir a revisar las tres ovejas y ver si por gracia del espíritu santo ya me han parido. Todos me dicen que están demasiado gordas y por eso no quedan preñadas, otros que el carnero se ha hermanado con ella y no las cubre, la verdad es que yo no se mucho de esto. Por esto avisamos a un amigo pastor, quien me dio las borregas para que yo las fuera criando. Al parecer dice que están preñadas, de seguro una de ellas, de las otras dos parece que desconfía un poco. Yo ta había tomado medidas y aparte el carnero haber si se encela mas y así cuando se lo eche va mas potent
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