Día normal que no nos ha mojado. Hoy tocaba pastar a las vacas y ya desde la mañana se temen. Como siempre lo primero es echar de comer a los arrestados los mellizos la vaca la becerra y una nueva que se ha quebrado. No hay mucha esperanza de que se salve pero le falta poco para parir y es una pena sacrificarla. Después toca echar la alfalfa a la cerca de arriba como siempre el toro nos espera de manera que casi no te deja quitar el plástico. He intentado coger a vara y lazo un becerro negro para meterlo al cebadero porque con mas de seis meses y apenas pasara de los cien kilos. Después sacar el resto que ya eso promete y no falla carrera tras carrera hasta que ya se están medio quietas pero cuesta un huevo y parte del otro. Ya para acabar un viaje de leña que hay que cargar el camión si o si.
Pues así se dice por aquí, que los días de agua o se esta en la cantina o se esta en la fragua, como no hay perras para cantina, ni hierros que soldar, tendremos que seguir con la rutina. Alrededor de las ocho ya mi cuerpo comenzó a despertarse, no con muchas ganas de trabajar, pero si que había que hacerlo. Hoy tocaba ganado menor, aunque es menor también tiene su trabajo. Apenas he llegado a la finca lo primero ir a revisar las tres ovejas y ver si por gracia del espíritu santo ya me han parido. Todos me dicen que están demasiado gordas y por eso no quedan preñadas, otros que el carnero se ha hermanado con ella y no las cubre, la verdad es que yo no se mucho de esto. Por esto avisamos a un amigo pastor, quien me dio las borregas para que yo las fuera criando. Al parecer dice que están preñadas, de seguro una de ellas, de las otras dos parece que desconfía un poco. Yo ta había tomado medidas y aparte el carnero haber si se encela mas y así cuando se lo eche va mas potent
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