Apenas hemos tenido unos días de sol y ha vuelto el agua y el aire. Ayer ya apuntaba maneras, ya avisaba que hoy tocaba agua y no ha fallado, tras una mañana en la que amaneció nublado al medio día empezó a llover. Como cada día hay que echar de comer al ganado, porque la cerca de arriba no tiene ni un solo brote y toca echarles para mantenerse. Una vez arregladas esas y las de los mellizos toca sacar a pastorear al resto. Ya llevan unos días dando guerra, pero hoy ha sido por demás. Ya al sacarlas nos fue costando contenerlas, pero al empezar a llover e intentar meterlas no había medio, se fueron para atrás y tras dos horas corriendo tras ellas conseguimos meterlas. Tan solo una tuvimos que ir a buscarla que se volvió y no fui capaz de cortarla, que al final y tras un largo remojon conseguí entrarla también.
Pues así se dice por aquí, que los días de agua o se esta en la cantina o se esta en la fragua, como no hay perras para cantina, ni hierros que soldar, tendremos que seguir con la rutina. Alrededor de las ocho ya mi cuerpo comenzó a despertarse, no con muchas ganas de trabajar, pero si que había que hacerlo. Hoy tocaba ganado menor, aunque es menor también tiene su trabajo. Apenas he llegado a la finca lo primero ir a revisar las tres ovejas y ver si por gracia del espíritu santo ya me han parido. Todos me dicen que están demasiado gordas y por eso no quedan preñadas, otros que el carnero se ha hermanado con ella y no las cubre, la verdad es que yo no se mucho de esto. Por esto avisamos a un amigo pastor, quien me dio las borregas para que yo las fuera criando. Al parecer dice que están preñadas, de seguro una de ellas, de las otras dos parece que desconfía un poco. Yo ta había tomado medidas y aparte el carnero haber si se encela mas y así cuando se lo eche va mas potent
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