Tras tres días sin sacar a pasear a las vacas, porque estas no pastan, sino que pasean, hoy tocaba, por lo menos había amanecido con sol, sabia que no me mojaría. Nada mas llegar a la finca ya estaban esperando los cerdos en la puerta con mucha hambre, tanta que casi ni te dejan echarles. Después de arreglarlos, tocan los cuatro becerros, esos que lo único que comen en harina, porque la vaca gordas están pero leche mas bien poca. Ya para terminar las vacas de la cerca de arriba, hoy solo se han comido media alpaca, porque parece que ya van repelando y no quieren comer lo que se le echa. La verdad es que si llueve si que comerán bien.
Lo peor es cuando toca sacar a pasear como dije antes, ya te esperan en la puerta con ganas de correr, y tu dices con la hierba que hay y no se paran todo el día con la cabeza levantada viendo hacia donde pueden correr y en cuanto te descuidas para lo del vecino. tras tres horas de pastores toca meterlas, un sacrificio que necesita mucha paciencia, son como los jabalines, se meten en las tamujas y como no llegues al sitio no se mueven.
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