Hoy era un gran día, si ayer fue de mucho trabajo hoy se doblaba ya desde por la mañana. Tan solo eran las siete de la mañana y ya en pie, había que serrar palos como un loco, pero ademas tocaba ir a echar la urea a la siembra. Comenzamos como siempre, echando de comer a esos animales que han cogido la afición de comer a diario. Hoy no hacia frió, tan solo la niebla. Llegamos a la finca a eso de las ocho y media, aun no despunta la mañana, pero cuanto antes se empiece antes se acaba. Cargamos la comida y fuimos a ver si había alguna parida en la cerca de abajo, hoy si que había, la blanca, pero parece mentira que una becerra tan pequeña y recién nacida corra como un demonio.
Ya que no fuimos capaz de poner el crotal decidimos ir a echar de comer y comenzar el corte. Según acabamos de echar la paja vemos una vaca sola y al acercarnos vemos una becerra colorada, una mas parida. A esta si le colocamos el crotal y sorprendentemente otra hembra.
Comenzamos a destaramar y picar la leña, asi hasta la hora de comer que vamos a la otra finca. Nada mas llegar nos espera Capitán, el perro que siempre tiene hambre. Comenos y voy a echar a las gallinas, y al terminar saco al carnero para echarlo con las ovejas, sacarlo fue fácil meterlo con las ovejas toda una odisea, corria para un lado y pero no entraba, ya tras una hora conseguimos entrarlo y procedemos a ir a echar la urea.
La verdad que era mas de camino que lo que se tardo en echar, tan solo dos mil kilos, nada comprado con la que me espera esta semana que viene. Terminamos y a limpiar la maquina si no se oxida y se estropea, le doy un agua con el cepillo y listo a la nave.
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