Para muchos de ustedes la vida de un campesino le es muy desconocida y mas que les dices que trabajas todos los días del año y estar dispuesto las veinticuatro horas del día. La jornada comienza cuando apenas ha salido el sol y termina, cuando miras a tu alrededor y crees que ya esta bien por hoy, habrá días que eches dos horas y otros catorce, pero bueno son cosas del oficio. Estoy aquí para que conozcan mi mundo, una veces alegría y otras tristeza, aquí no hay libro que te digan por que camino seguir, cual es tu mejor opción y si eso que has hecho te hará bien, tan solo tienes tu instinto y la poca experiencia de algunos del mismo gremio que te cuentan sus anécdotas. No hay día que sea igual que el anterior, da igual lo que tengas que hacer todo cambia aunque solo sea en una cosa. Bueno creo que lo irán comprobando, espero no aburrirles como a las ovejas o al menos no es mi intención.
Pues así se dice por aquí, que los días de agua o se esta en la cantina o se esta en la fragua, como no hay perras para cantina, ni hierros que soldar, tendremos que seguir con la rutina. Alrededor de las ocho ya mi cuerpo comenzó a despertarse, no con muchas ganas de trabajar, pero si que había que hacerlo. Hoy tocaba ganado menor, aunque es menor también tiene su trabajo. Apenas he llegado a la finca lo primero ir a revisar las tres ovejas y ver si por gracia del espíritu santo ya me han parido. Todos me dicen que están demasiado gordas y por eso no quedan preñadas, otros que el carnero se ha hermanado con ella y no las cubre, la verdad es que yo no se mucho de esto. Por esto avisamos a un amigo pastor, quien me dio las borregas para que yo las fuera criando. Al parecer dice que están preñadas, de seguro una de ellas, de las otras dos parece que desconfía un poco. Yo ta había tomado medidas y aparte el carnero haber si se encela mas y así cuando se lo eche va mas potent
Comentarios
Publicar un comentario