Después de la tormenta siempre llega la calma, o eso dicen, porque aquí llueve a mares y las nubes no se quitan. Un nuevo día aparece, toca echar de comer a esos animales, a esos que no pierden la afición de comer a diario. Nada mas llegar se oyen a esos cuatro becerros pidiendo ya la leche o harina, esos mellizos que cuanto mas comen mas quieren, a alguien habrán salido. Así comenzó el día, tras limpiar el corral donde estar de estiércol y casi atascar el tractor se le echo de comer, ya al menos pueden andar por allí sin que el estiércol o el barro les cubra las patas. Se les echo cama seca y se dejaron mamando.
El novillo sigue igual, comiendo, pero cojo, parece que se quiere recuperar, el animal come bien y se mueve, cojeando, pero se mueve. En caso de que se anude ese tendón quedaría un defecto, pero mientras el se pudiera mover y cubrir lo demás no importa. Procedo a echar de comer a las vacas, no hay ningún nacimiento, ya van casi mas de la mitad paridas, y en estos dos meses deben parir el resto, según las cuentas. El ultimo nacimiento ha sido un macho, ojala y el resto también lo sean, es mas producción con el mismo esfuerzo.
Comentarios
Publicar un comentario